Dicen que en todas las etapas de la vida aprendes algo valioso. Imagino que Margaret Eileen Foster, la única candidata extranjera que encabeza una lista para las próximas elecciones en la Región, en su etapa como azafata del 'Un, Dos, Tres&hellip Responda otra vez', aprendiera a multiplicar las pesetas -ahora euros- a base de aciertos. Porque falta le va a hacer si el próximo día 22, la mayoría de los vecinos depositan su confianza en ella: «Sé que no hay un duro y que habrá que generarlo con imaginación y revisando detenidamente los sueldos que paga el Ayuntamiento», afirma.
Su verdadero nombre -y con el que aparece en las papeletas- es Margaret Eileen, pero ella lo ha españolizado y todos la llaman Irene. Trabaja en el sector de las energías renovables como autónoma. «Sé las necesidades del pueblo, porque estoy en la calle sufriendo la crisis con ellos», aclara.
Foster tiene gancho. Desprende la misma simpatía y cordialidad que durante muchos años le sirvió para hacer cine y teatro con directores como Garci, Fernando Arbech o Arturo Fernández. Ahora, ese encanto lo reparte en zapaterías, fruterías y carnicerías del pueblo que lleva en su corazón. «Llevo 37 años en España y he decidido quedarme aquí, en mi pueblo, en Las Torres de Cotillas, por el encanto de sus vecinos, a pesar de tener familiares en Andalucía, Francia, Holanda y Alemania», asegura.
A sus 49 años, la candidata del CDUR se considera una mujer inquieta, comprometida, lectora empedernida y respetuosa con todo el mundo. Tiene muy claro también que no pactará con ningún partido en el caso de tener la llave de la Alcaldía, sino que dialogará con todos. «Los vecinos están cansados de la gestión del PP y de la inoperancia en la oposición del PSOE. En el CDUR nos da igual si eres de izquierdas o de derechas, escucharemos a todos por igual», dice.
Políticos en las calles
Entre anécdota y anécdota -cuenta que Emilio Aragón hizo las pruebas para presentador del concurso- Foster asegura que el alcalde y los concejales de Las Torres de Cotillas necesitan un cambio radical de mentalidad. «Los vecinos deben vernos en la calle, accesibles durante los cuatro años, no sólo en período de elecciones. Yo no he visto nunca al alcalde tomarse una cerveza en el pueblo», aclara. También se pone dura y sarcástica cuando le preguntan por el nuevo Ayuntamiento de la localidad, «una obra innecesaria que ha costado muchísimo dinero» y asegura que «esta línea de gestión es la que nos ha llevado a la situación actual».
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